miércoles, 10 de septiembre de 2008

¡LA PRESIDENCIA NO ANDA EN BURRO... HASTA AHORA!


No recuerdo, en mis casi cuarenta años de existencia, haber presenciado en la ciudad alguna manifestación que denostara a un paisano ó fuereño, con la nombrada exhibición en el lomo de un burro, como símbolo de vergûenza y desprestigio.
En cambio, recuerdo gratamente a la famosa "Zorra" vestido de mujer, con accesorios hechos de papel crepé, montado en un Equus asinus durante el famoso "Encierro de Burros", o mas recientemente a "Papi" haciendo gala en este mismo evento, sobre alguno de los pocos asnos que quedan en el puerto.
Quien no recuerda también a "Tío Vergucho" vendiendo alfajores, queso y mantequilla sobre su cansado équido.
Estos ejemplos los comento porque he constatado que este noble animal, símbolo del Dios griego Dionisio, ha sido partícipe de las tradiciones alvaradeñas, amén de su capacidad para coadyuvar en las más duras faenas.
Por todo esto, mi profundo rechazo a asociar a este pequeño pero robusto animal, al desprestigio y difamación, cuando de su hocico solo se oye un peculiar rebuzno, por mucho, mas agradable al oído que cualquier discurso de quien se pretenda montar en su lomo.

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