miércoles, 10 de septiembre de 2008

¡DESPUÉS DEL BURRO...LOS BURROS!


Cuando pienso en alguna persona con ambiciones políticas, del lugar de donde fuere, me imagino a alguien con el pensamiento centrado en crear, innovar, promover y sobretodo, saber mandar.

Lógicamente ustedes pensarán que la utopía se apoderó de mi ser. En parte sí, la otra parte, por desgracia más grande, está centrada observando la crudeza y obviedad perversa que detenta el poder. Esa parte realista se nutre de la utópica para rescatar lo único intocable de mi pensamiento: la lógica que, por cierto, ha sido eliminada como tal del programa educativo, ¡Craso error!

Regresando al punto inicial, quiero exponer el tema con nombre y apellido: "Presidente Municipal" (El de turno, claro está, los anteriores merecen líneas aparte).

Hizo sus pininos políticos dentro del Tecnológico de Veracruz, afiliado entonces al PRI. Después se suma a las filas del PAN de donde se convierte en candidato para ocupar tanto posiciones dentro de la federación como locales. Al principio fracasa, pero finalmente en su segundo intento por la presidencia municipal, logra el triunfo inobjetable, como lo fué el de su predecesor. Las victorias contundentes de ambos se dan, sin embargo, por diferentes factores:

En la votación de septiembre del 2004, la gente evitó el regreso al palacio de una anterior ocupante, además de que en la elección municipal del 2001, el PAN, incrementó notablemente su presencia en el municipio, con la primer candidatura del actual Presidente. Ahí se "hizo camino al andar".

Por el contrario, en la elección del año pasado, la gente votó por el "cartel" que traía tras de sí el candidato panista, aunado a su verborrea irreverente.

Los Alvaradeños, cansados de presidentes que solo habian ocupado el puesto para cobrar un sueldo seguro por tres años ante la falta de empleos "dignos" de su linaje en la localidad ó para convertir la administración en una empresa familiar y de compadrazgo temporal, otorgó su voto al candidato panista que había sido tres años antes candidato a una diputación federal, entendiendo que para obtener esa nominación, contaba con muy buenas relaciones dentro del tejido político nacional, máxime que el poder de la república lo mantiene el partido azul. No había mejor opción, por fin llegaría al palacio alguien que tuviera la facilidad de pedir o concertar para que la situación tan precaria del municipio se revirtiera. Los programas y apoyos se anunciaban donde sea, porque ésta era la oportunidad que Alvarado estaba esperando.

¡Oh, decepción! ¡Qué lástima, nos hemos topado con pared nuevamente!

La lógica, que nunca abandono, me predispone ya como detractor en la mente de Bogar, pero si mi punto de vista tiene mas parecido a lo que ellos exclaman, la culpa, toda, la tiene precisamente Bogar, nadie más.

Estamos en el último tercio del primer año de la administración y, como si fuera continuidad del pasado trienio, Alvarado se distingue a nivel nacional por el escándalo, con la diferencia de que el anterior presidente puso a la esposa a llorar ante las cámaras y a refugiarse en la gracia de Dios, mientras que ahora el mitote se condimenta porque el presidente es más escandaloso que el problema en sí. Ya gritó a los cuatro vientos que hay intereses políticos desatados con el fin de perjudicarlo y que sus detractores están atrás de todo este barullo. Si aplicamos la lógica, tan simple y sencilla como siempre, él solito, sin ayuda de nadie, se metió en problemas. Vamos por partes:

En una de varias entrevistas que ha dado en estos días, confirmó el interés que desde hace muchos años tenía por ser Presidente Municipal. Si es así, ¿Cómo es posible que a la fecha no sepamos los alvaradeños, cuál ó cuáles son los proyectos que diseñó para distinguir a su administración una vez presidiendo ésta? Es claro que conoce desde hace años, la precariedad presupuestal con la que sobrevive el municipio, que apurado sirve para liquidar nóminas. Es obvio que no se encontró sorpresas cuando entró al palacio, porque lo conoce muy bien, ha estado ahí desde otra trinchera. Su gran ambición por ser presidente, le debió granjear esfuerzos para planear y construir a partir de las deficiencias de la administración que conoce tan bien. Es ahí donde muchos alvaradeños hemos sido engañados por él, porque la seriedad y el profesionalismo que prometió, se quedó en algún tríptico de campaña.

Peor aún resulta que ahora reconozca y pida perdón por equivocarse al nombrar a un desconocido como comandante de la policía municipal.

Se puede equivocar al nombrar a una secretaria, al oficial mayor, etc. y despedirlos por cometer una indiscreción o falta administrativa, pero declarar que delegó a la ligera el puesto mas importante en materia de seguridad y lo peor, a un desconocido, no es digno, ético, razonable y cientos de etcéteras mas, de alguien que ocupe la presidencia, ni antes ni ahora.

La principal preocupación de los mexicanos se centra precisamente en la falta de seguridad y el edil, queriendo pecar de inocente, trata de lavarse las manos diciendo que se equivocó. No es así de simple, toda acción tiene una reacción y ésta, esperemos todos, tenga alguna, porque no podemos tolerar equivocaciones de éste tipo. Una vez más, ¿Qué se puede pensar de alguien que ambiciona la presidencia por muchos años y que al obtenerla, nombra a desconocidos en diferentes puestos clave?

Porque el caso del defenestrado comandante no es el único. Anteriormente, ya se dió un problema con el actual Secretario del ayuntamiento que, si fué cierto o no, debió haber removido. Desde este punto, la credibilidad en el edil se tambaleó y se lograron calmar las aguas durante algunos meses, pero no contaba con que éstas ahora se desbordarían.

En fin, mucho me temo y lo expreso con una seguridad aplastante, que la administración actual será como las anteriores: opaca y desprestigiada. Bogar seguirá echandole la culpa a "sus detractores" de todo lo malo que pasa y al final dirá que no se le abrió ninguna puerta que llevara a Alvarado al lugar que se merece. Yo le pregunto ahorita: ¿Qué lugar se merece él en Alvarado si esas puertas en campaña ya estaban abiertas y ahora se volvieron a cerrar?

Todo es producto de la ambición por querer "estar", nada más. La utopía se merece un lugar privilegiado en mi pensamiento.



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